La definición química de un enlace iónico es la unión de átomos que resulta de la presencia de
atracción electrostática entre los iones de distinto signo, es decir, uno
fuertemente electropositivo (baja energía de ionización) y otro
fuertemente electronegativo (alta afinidad electrónica). Eso se da
cuando en el enlace, uno de los átomos capta electrones del otro.
Dado que los
elementos implicados tienen elevadas diferencias de electronegatividad, este
enlace suele darse entre un compuesto
metálico y uno no metálico. Se produce una
transferencia electrónica total de un átomo a otro formándose iones de diferente signo. El metal dona uno o más electrones formando iones con carga positiva o cationes con una configuración electrónica estable. Estos electrones luego
ingresan en el no metal,
originando un ion cargado negativamente o anión,
que también tiene configuración electrónica estable. Son estables pues ambos,
según la regla del octeto o por la estructura de Lewis adquieren 8 electrones en su capa más
exterior(capa de valencia), aunque esto no es del todo cierto ya que contamos
con dos excepciones, la del Hidrógeno (H) que se rodea tan sólo de 1 electrón y
el Boro (B) que se rodea de seis. La atracción electrostática entre los iones
de carga opuesta causa que se unan y formen un compuesto.
Los compuestos iónicos forman redes cristalinas constituidas por iones de carga opuesta,
unidos por fuerzas electrostáticas. Este tipo de atracción determina las
propiedades observadas. Si la atracción electrostática es fuerte, se forman
sólidos cristalinos de elevado punto
de fusión e insolubles en agua; si la atracción es menor, como
en el caso del NaCl, el punto de
fusión también es menor y, en general, son solubles en agua e insolubles en
líquidos apolares como el benceno.
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